miércoles, 8 de agosto de 2007

No hay nada más triste y antiestético que un jardín vertical seco


Hoy he pasado por delante del futuro edificio de CaixaForum de Madrid y por poco me echo a llorar allí mismo al ver que está prácticamente seco.

Tanto presumir de que es el primer jardín vertical de España, de que es el más grande que se ha instalado en una fachada sin huecos, que está formado 15.000 plantas de 250 especies, que ocupa 460 m2, y que su diseñador Patrick Blanc ha inventado un método infalible para que estas planta vivan sin necesitar la tierra, simplemente con nutrientes y agua consiguiendo jardines "potencialmente inmortales" y bla bla bla.

¿Qué ha fallado en este caso?, ¿el agua, los nutrientes, la
manta de fieltro de poliamida, las especies elegidas, Herzog & de Meuron, Patrick Blanc, el presidente de la Caixa o un perrillo que hizo sus necesidades entre las hojas?.

No me lo explico, si hasta sigue vivo en el
Guggenheim de Bilbao, el Perro Puppy de Jeff Koons un simple artista que no ha desarrollado ningún método especial para que sus plantas se mantengan vivas, ¿cuanto más hermosas tendrían que estar las del CaixaForum?.

De todos modos Patrick no debe estar muy orgulloso con su trabajo en España porque ni siquiera lo ha publicado en su página. ¿Será tal vez que no se le han pagado los 300 €/m2 de superficie más los 200€/m2 de plantas instaladas, más los honorarios del artista, que cuesta cada una de sus creaciones?.

Para que no presuman, tanto unos como otros, de inmensos jardines que después abandonan o no saben cuidar, yo propongo un ejercicio de aprendizaje y una cura de humildad, que consiste en dar a cada uno de los intervinientes en este proyecto un Tamagotchi de bolsillo que deberán mantener vivo durante un año, como poco.


Después de superar esta prueba pasarían a la de los seres vivos. Pero en cantidades mínimas y para no dañar mucho el ecosistema, por lo que empezaría con una plantita pequeña que sembraría en uno de los maceteros Park Planters que he visto en Freshome y que debería mantener con vida al menos 2 años más.

Estos pequeños maceteros son ideales para este fin puesto que recrean en su blanca superficie de cerámica, escenas de un parque urbano en miniatura. Así, al plantar en ellos cualquier vegetal, estos adquieren dimensiones extraordinarias al compararlos con los diminutos personajes y objetos que pululan por ellos.

Las escenas que se representan en estas macetas, además no son nada inocentes, vamos, que podrían estar aconteciendo en cualquiera de los jardines que nos rodean al oscurecer.

Una vez superadas estas pruebas que demostrarían que los responsables de estos jardines son personas constantes y aptas para cuidar seres vivos durante largos periodos de tiempo, entonces sí me sentiría algo más tranquila al poner en sus manos grandes presupuestos, para comprar y cuidar importantes extensiones verdes, sean o no verticales.

Que no hay que ser tan descuidado, hombre y si uno se va de vacaciones, pues se le dice a los vecinos que pasen de vez en cuando a regarnos las plantas.

4 comentarios:

  1. yo creo que mejor deberían dedicarse a otra cosa.
    Claro con dinero de otros es muy facil hacer proyectos.

    Enano jodón

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  2. este blog es realmente interesante y hermosisimo! estoy alucinada!
    saludos desde Baires!

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  3. jejeje!me ha gustado tu propuesta tamaghochi para arquitectos, y es que en ocasiones estos se acaban distanciando tanto de las obras que al final es lo puramente conceptual y lo bonito que le han quedado los renders lo que aparentemente parece importarles.

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  4. Estos arquitectos estrella, y también los que los contratan están tres palmos por encima del suelo y no tienen mucho tiempo para mirar hacia abajo y detectar lo que demandan los que van a ser sus usuarios. Cuanto más grande, alta, cara, y estrafalaria sea su obra, mejor, no importa para qué se va a emplear, o si será útil y práctica, todas esas cosas ya se irán improvisando sobre la marcha. Así es como se llenan las ciudades de edificios extraños rodeados de turistas haciendo fotos mientras los habitantes o usuarios sufres en sus carnes el precio de una arquitectura que más bien debería ser escultura.

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