viernes, 17 de agosto de 2007

Jovenes diseñadores con mucho futuro


Me gusta mirar los proyecto fin de carrera de las universidades y escuelas de diseño porque en ellos se puede intuir el futuro del interiorismo, de la decoración, de los materiales y de los objetos que vamos a utilizar.

Ademas en sus trabajos se puede ver el interés de un país por estas materias. Por ejemplo en España no parece que se prime demasiado el estudio de estas disciplinas, o quizá sí, pero no se comunica bien.

Y es un error porque si queremos que nuestro mercado de exportaciones aumente, siendo conscientes que no podemos competir con mano de obra barata ni con materia prima de primerísima calidad a buen precio, parece lógico pensar, que una solución para aumentar nuestras exportaciones, podría ser cultivar un patrimonio de creadores con buenas ideas que otros países nos quisieran comprar.

Holanda parece que así lo ha entendido, y por eso existen escuelas de diseño como la Design Academy Eindhoven que se ha convertido en un referente en creatividad, cuna de diseñadores como Marcel Wanders o Maarten Baas, nombres en mayúscula del diseño internacional.


Otra escuela que parece tener mucho que decir en materia de diseño, no solo industrial sino también gráfico, es el Beckmans College of Design de Estocolmo.

He conocido el porfolio de los trabajos de sus alumnos por Mocoloco y el nivel es alto.

Me han llamado la atención sobre todo dos trabajos basados en la reutilización de objetos que en manos de estos jóvenes aprendices de diseñador, pierden su función original para convertirse en otros tan dispares que parecen imaginables.

El primero, con un resultado increíble es la lámpara de Katarina Britse fabricada con guantes de goma llenos de aire. Original y barata de producir.

El segundo, es una propuesta de mobiliario de
Karolina Lagerqvist, que con maletas antiguas ha construido un mullido sillón y una pequeña mesa para tomar café.

Y no puedo dejar de mencionar para terminar, el trabajo de
Åsa-Karin Karlén, sobre el entierro de un pájaro. Ha diseñado un pequeño ataúd blanco y un pajarito, que se pincha en la tierra, para marcar el lugar donde yacen los restos del infortunado animal.

Demos tiempo a estas jóvenes promesas, seguro que se convierten en grandes profesionales del diseño.


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