miércoles, 13 de enero de 2010

Blanco y duro...


Hoy que no tengo demasiado tiempo para escribir y que ando bastante espesa de cabeza, además está lo de Haití, así que necesito desintoxicarme y lo voy a hacer con los trabajos de Rachel Whiteread, una artista que ya he tocado alguna vez por aquí y que me hace sentir a gusto, porque me gusta lo que veo de ella, aunque no demasiado cómoda, con ese gusto aparentemente inofensivo por el blanco.


Su obra es poética y algo triste, aparentemente minimalista, pero potentísima, ya que consigue dar rotundidad pasmosa a las piezas más básicas, con el uso del yeso o de las resinas, resaltando sus formas y también su esencia.


Me admira como es capaz de ennoblecer materiales simples y modestos como el cartón, la madera, la goma, el metal, el cemento... moldeándolos o recubirendolos de manera que adquieren una apariencia de lo más artesanal.


Tampoco hay que decir mucho más de un trabajo que a simple vista se puede disfrutar, sin tener que darle más vueltas, lo que ves es lo que hay sin trucos, que bastante complicada es ya la vida.


Inspiradora obra de una señora, pedazo, de artista... ¿y sus trabajos de arte público? es que no tienen desperdicio. Quiero más trabajos para el Ático como estos.


Ya conocía mucho de ella y las fotos las he sacado de Google.
















3 comentarios:

  1. Creo que en la Tate Modern encontró la horma de su zapato, es decir, el espacio era ideal para su obra. A mí personalmente me impresionó y sorprendió mucho.

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  2. yo estuve un año y medio currando al lado de lo que aparece en la primera foto!! (el monumento judío en viena)

    la verdad es que queda curioso también por el contexto, en medio del distrito 1. curiosamente en ese ámbito con la arquitectura vienesa a mí no me resultaba nada chocante...

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  3. ¿Por qué no me puedo suscribir a tu blog?.Te quiero en mi google reader,para recomendarte, porfa, dime cómo.

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