
En estos días, en muchos, muchos, muchos blog, se está hablando de unas pequeñas esculturas animadas que han aparecido en los respiraderos del metro de New York.
Nos llegó la noticia por el blog de referencia, en todo esto del arte urbano, Wooster Collective, que nos desveló que han sido realizadas por Joshua Allen Harris, artista del que yo nunca había odio hablar, lo cual, tampoco significa nada.
Estas criaturas, han sido fabricadas con bolsas de plástico de todo tipo, unidas y trabajadas para darles formas de animales y de muñecos. Después se han atado a las rejillas de ventilación del metro, de manera que cada vez que pasa un tren y desprende aire, las bolsas se llenan, se mueven y parece que los animales cobran vida.
La idea es muy buena y la resolución también, son divertidas mientras el aire está dentro de sus cuerpos de plástico, otra cosa es cuando permanecen vacías, es decir cuando no funciona el metro, porque en ese momento me parecen bolsas tiradas en la calle. Y no puedo evitar pensar, que el artista ha dejado un montón de plástico antiestético, que seguramente nadie más que los del servicio de limpieza van a recoger y reciclar.
Estas piezas de plástico, me han hecho recordar a otros pequeños seres que han estado habitado un tiempo las calles de Cartagena de Indias, por obra y gracia de Lissy Meneses, que los creó como trabajo final de sus estudios de Bellas Artes.
Junto a otros 23 compañeros que se graduaron con ella, organizador del 11 al 29 del pasado febrero "La Toma" de la ciudad, para mostrar a los ciudadanos los resultados de sus estudios de Bellas Artes, situando para ello sus trabajos fin de carrera, en entornos públicos y privados.
Los pequeños seres verdes que ha creado Lissy, también están vivos, pero esta vez de verdad, ya que han sido elaborados con plantas naturales, cuyas hojas ha ido tejiendo con alambre hasta hacerlas parecer hombrecillos de hojas.
Esta intervención verde, que he visto en Vox Intimus parece algo más ecológica que la de Nueva York, sobre todo porque si abandonó a las criaturitas a su suerte en plena calle, seguro que muchos voluntarios estaban deseando adoptarlas y cuidarlas.
He aquí dos maneras de hacer intervenciones en la ciudad, la primera, más industrial y hecha con residuos, la segunda, natural y elaborada en gran parte con material orgánico... Que cada uno elija la mascota urbana que prefiera.