miércoles, 23 de enero de 2008

Mamá, quiero ser curator


Matta Clark pensaba que todos podíamos y debíamos hacer arte.


Si eso es posible... también podemos convertirnos de la noche a la mañana en curators, que para el que no lo sepa, son unos tipos con mucho poder en el mundo del arte que dicen lo que se tiene que programar o no en los museos. Últimamente han salido del anonimato y están más de moda que los propios artistas.


Pues esa es la personalidad que ha adoptado UrbanCurators, un grupo de ¿activistas?, ¿artistas? bueno, dejémoslo en jóvenes estudiantes preocupados por el estado de su ciudad, Providence en Rhode Island.


El grupo se lanza a la calle, armado exclusivamente con marcos, de esos que se cuelgan en las paredes y que de alguna manera están indicando que lo que hay en su interior tiene valor, bueno, eso antes de que apareciera Ikea. Los que portan estos curators, están vacíos y preparados para encontrar en la calle el objeto escena o decorado que según su criterio, sea digno de ser enmarcado.


Y lo que les interesa es todo aquello que demuestra la decadencia de la ciudad, allí donde hay grietas, oxido, destrucción, caos, abandono... allí aparecen esos cuadro, incidiendo sobre estos aspectos desagradables de la ciudad, que casi nadie quiere ver.


Así, al utilizar marcos que uno podría esperar encontrar en un museo o galería de arte, los espectadores se ven obligados a hacer conexiones entre el paisaje urbano y el de un museo y no tiene por menos que tomar consciencia de la realidad que le rodea.


Al igual que al hombre siempre le ha atraído las ruinas de antiguas civilizaciones, el proyecto de estos curators urbanos propone que deberíamos apreciar también las ruinas contemporáneas, que reflejan el consumismo y la industrialización a que está sometida la ciudad.


Los cuadros se cuelgan con cinta de doble cara y se pueden despegar fácilmente. Con esto se consigue un componente necesario del proyecto, la temporalidad, porque aunque la idea haya partido del grupo, su desarrollo requiere la participación espontánea de los ciudadanos que pueden mover y reubicar dichos marcos a su antojo, sin dañar el entorno.


El proyecto se inició auspiciado por 6 escuelas de diseño de Rhode Island, pero quieren que se extienda por todas partes y proporcionan la información necesaria para que cualquiera pueda emprender un movimiento similar en su ciudad.


Divertida manera de que los estudiantes salgan a la calle y se enfrenten a la realidad de su entorno, dialogando, colaborando con los compañeros y relacionándose con los habitantes.


Además la idea da para más, porque si a alguien particularmente le apetece ser curator por un día, también puede readaptar la idea a su gusto, incluso puede dedicarse a enmarcar cosa bonitas que encuentre por las calles que aunque parezca que no, también las hay, muchas y buenas, yo las he visto.


1 comentario:

  1. Qué entretenido lo de UrbanCurators
    me dieron ganas de participar. No sé si vistes el video de Throwies que estaba en los link de UrbanCurators? ese de las lucecitas de colores, lo encontré bellísimo...

    Me gustan estos post artísticos.

    (Lo comentaré en mi blog)

    Syl

    ResponderEliminar