jueves, 24 de mayo de 2007

Una "robotically animated light" escultura


Cuidar la iluminación me parece importantísimo a la hora de diseñar espacios públicos y sobre todo hogares. Y me da pena cuando veo locales pretendidamente modernos en los cuales se ha invertido mucho dinero pero que están iluminados en su totalidad con alógenos empotrados en el techo.


Esta forma de iluminar, además de desaprovechar las posibilidades que te dan las maravillosas lámparas del mercado, es poco ecológico, porque en la mayoría de los casos, se produce tanto calor que hasta en invierno se ven obligados a usar aire acondicionado.

Pues eso, que vuelvo a hablar de iluminación, de un proyecto artístico creado para iluminar un espacio, en este caso una tienda/galería. Lo he visto en Wallpaper y no tengo por menos que mencionarlo.


En la creación de Orchadia, que así se llama esta maravillosa lámpara-escultura robotizada, se han unido:

Un escultor Rodger Stevens, con una obra especializada en la creación de instalaciones con alambre, con los que dibuja una especie de circuitos a tamaño gigante.


Una empresa de tecnología Mmackenna que entre otras cosas ha trabajado con Ingo Maurer en el Aeropuerto de Toronto y que además es el fabricante de las divertidas lamparillas Emulate.


Y la galería de arte y tienda de decoración, Karkyla, situada en uno de los barrios más de moda en New York, el Meatpacking district.


No sólo se han puesto de acuerdo, sino que el resultado ha sido estupendo, un escultura móvil donde siluetas de probetas de laboratorio, de muchos tamaños, suspendidas con fino alambre y con diminutas luces en su interior, que se mueven gracias a un motor y crean un efecto de sombra y luces que se proyecta por la sala. Es como un Calder iluminado.

Queda patente que para algunos, la iluminación sí es importante.

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