
Mi segundo día de desintoxicación también lo afronto volviendo la vista un poquito al pasado, esta vez para reconfortarme repasando la obra del artista con mayúscula Hiroshi Sugimoto, cuyo trabajo fotográfico me impactó cuando tuve la suerte de asistir a una de sus exposiciones en Madrid, hace ya muchos años.

Su fotografía abarca muchos campos, es un cotizado fotógrafo de moda, muy contemporáneo y sofisticado, también ha fotografiado obras arquitectónicas de primera fila, pero a mí me gustan sobre todo, esas impresionantes imágenes en blanco y negro de cosas que a priori no imaginas que merezca la pena fotografiar, como por ejemplo sus mares en calma y sus salas de cine, misteriosamente vacías y con la pantalla en luminoso blanco.

Es característico de algunas de sus imágenes, un desenfoque de los objetos, que lejos de molestar parece envolverte en una nube de minimalismo y de esencia de dibujo a carboncillo, de lo más inspiradora.

Como me pasa con todas las buenas obras, se me quitan las fuerzas para hablar, así que ahí os dejo una selección personal de sus trabajos y os invito a conocer más, que su serie de dioramas y figuras de cera, tampoco tiene desperdicio...

No lo he visto en ningún sitio en particular , simplemente me ha venido a la cabeza al intentar pensar en obras que vi en el pasado y que me hicieron sentir bien.




















